El 14 de febrero. El día de los enamorados, de los atolondrados. Ese día en el que los centros comerciales te obligan a que ames quieras o no, porque si no amas ese día eres un especimen no clasificado. Con esta carta de amor despidiendo una relación fugaz vamos a ver el verdadero amor, el por qué surge y por qué muere.
Querida, después de más de una semana de no separarnos, de noches enteras en mi cama y de saborearte hasta en la saciedad… es hora de partir. Me refiero a que es hora de que partas, de que te largues, de que salgas ya de mi vida. Estos diez días has sido la opresión en mi pecho, mis dolores de cabeza, mis ganas de no salir de la cama, mi enfermedad, mi excusa para no salir de casa, mi ama y señora… pero ya está bien. Te digo adiós. Ojalá pudiera haberte echado antes de mi vida porque ahora realmente me siento libre. Es un milagro que te hayas ido tú sola sin necesidad de convertirme en un drogadicto para que me odies o en un mueble envuelto en mantas en el sofá para que me aborrezcas. Me he librado de ti y de tu frío, o calor, o frío y calor, no sé.
Casi parece que estos diez días haya sido un mal sueño, ahora lo recuerdo todo como una pesadilla. Eh, pero solo ahora, que te acabas de ir. Mañana o en breve, no me acordaré de ti. Espero que no vuelvas, ni tú, ni ninguna como tú. No quiero asesinas de ganas de vivir en mi vida. Solo espero que nunca te vaya bien y que no estés con nadie más, porque no te deseo ni para mi enemigo. Tu presencia en el aire no es amor, es terror. Es enfermedad. Hasta nunca, gripe. Gracias miel con limón.
La carta de amor despidiendo una relación fugaz
Venga, ahora todo el mundo a follar y dejaos de tonterías. Feliz 14 de febrero, para quien lo celebre. Feliz ahorro en castigo económico y mental a quien lo deje pasar. El 14 de febrero hay más cosas que celebrar, echa un ojo a ésto.